GÓNGORA AL OTRO LADO DEL ESPEJO. O LADO DEL ESPEJO. UNA LECTURA DE EL POLIFEMO (ANTECEDENTES Y ADELANTADOS)

Se vislumbran mas no se tocan los caminos y senderos. Arboledas que devuelven la profusión -húmedo instante- en la costumbre continuada del domingo. Don Luis, inclinado sobre la mesa, con hábil mano divide el mazo y reparte los naipes. Para todos hay en esta aristocrática flor donde el asombro, el i...

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Detalles Bibliográficos
Autor principal: Villarreal, José J.
Formato: Artículo
Lenguaje:español
Publicado: Universidad Autónoma de Nuevo León 2022
Acceso en línea:https://humanitas.uanl.mx/index.php/ah/article/view/1713
Descripción
Sumario:Se vislumbran mas no se tocan los caminos y senderos. Arboledas que devuelven la profusión -húmedo instante- en la costumbre continuada del domingo. Don Luis, inclinado sobre la mesa, con hábil mano divide el mazo y reparte los naipes. Para todos hay en esta aristocrática flor donde el asombro, el ingenio y la devoción por el exceso rompen las fronteras, las seguras murallas de los límites. Mas el intonso no se sacia con violentar la forma, va a la esencia misma del quehacer poético. Aristóteles, en la carrera de la liebre y la tortuga, se ha quedado muy atrás. Los Felipes asisten crudelísimos al juego de cartas. El Conde-duque ve desfilar un Homero -por la mano de Lerma Capellán- que los Mena y Santillana intuyeron. No están más el barcelonés ni el toledano, aunque el filo adjetival de este último continuará por siempre cortando las picadas espumas de la amatoria ebullición. Embrionario centro, el de Garcilaso, cuyo radio sentimental hizo girar las palabras en combinaciones sorprendentes de extraña irradiación. Montes, estrechas hondonadas que el dolor anegó por el prolongado seguimiento. La verdura fue descubierta más allá del retablo para florecer en los desplantes de la amada. Helado cauce que va arrasando los sortilegios de una amorosidad que enfrenta y armoniza. Los amantes, nunca juntos, divisan, en un fugitivo paisaje, los reinos inacabados, fronterizos, de sus cuerpos. La espada, al delinear el estigma del deseo, deja escapar el rocío de la cortesía, humedece el lecho con la rendida retórica de los trovadores.  
Descripción Física:HUMANITAS DIGITAL; Núm. 34 (2007): HUMANITAS 2007 ENERO-DICIEMBRE; 217-237
2007-1620
2007-1620