Summary: | El cáncer cervicouterino (CaCU) es una enfermedad prevenible, común, grave,
multifactorial con un fuerte componente genético. Sí, a través de métodos de tamizaje se
detectan sus lesiones precursoras, es posible evitar que este padecimiento se presente. Su
prevención requiere, entonces, la erradicación oportuna de estas lesiones precursoras
(Denny LA 2005). Sin embargo, el CaCU es una de las principales causas de muerte a nivel
mundial. Representa el 13% de los procesos malignos en mujeres con un estimado, en el
mundo, de 530,000 casos nuevos en el año 2008 y 275,000 defunciones reportadas en ese
mismo año (GLOBOCAN 2008 - IARC 2012). Más del 85% de estos se produce en los
países en desarrollo, donde los programas de detección oportuna no están bien arraigados o
son muy poco eficaces (GLOBOCAN 2008 - IARC 2012). En los países en desarrollo, la
incidencia del CaCU ocupa el segundo lugar, detrás del cáncer de mama, siendo la principal
causa de fallecimientos debidos al cáncer en las mujeres. Del año 2000-2008 murieron en
México 38,262 mujeres por esta causa (Sánchez-Barriga 2012) siendo, de los tumores
malignos que afectan a la población femenina, el segundo más frecuente representando un
14.4% de las defunciones por tumores malignos, lo que equivale al deceso de una mujer
cada dos horas por esta causa.
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