Sumario: | El cáncer de mama ocupa el primer lugar en incidencia a nivel mundial, arriba del cáncer de próstata y pulmón, y el segundo en mortalidad, colocándolo solo debajo del cáncer de pulmón (1). Esto lo coloca como un problema de salud pública mundial.
En México, ocupa el primer lugar en mortalidad e incidencia (1, figura 1), con 30,000 casos nuevos aproximadamente diagnosticados en el 2020, y responsable del 8.8% de las muertes por cáncer en el mismo año.
Esto ha colocado al cáncer de mama en la mira de muchos investigadores, instituciones y organismos públicos, para mejorar los algoritmos de tratamiento, diagnóstico, y seguimiento con el objetivo de reducir su impacto a nivel mundial, y todas estas estrategias han culminado en los algoritmos de detección oportuna mediante la mastografía y el ultrasonido, la utilización de terapias neoadyuvantes y adyuvantes junto al tratamiento quirúrgico, y los estudios predictivos de comportamiento biológico, desde el estado de los receptores hormonales y el HER2Neu, hasta los métodos de análisis genético y molecular para la individualización de las terapias oncológicas.
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