Sumario: | El desarrollo de dispositivos para almacenar energía es un tema importante, ya que científicos pronostican que la demanda de energía se incrementará un 48 por ciento para el año 2040 (815 cuatrillones de unidades térmicas británicas [1] Las energías renovables (solar, eólica etc.) son fuentes de energía que no generan electricidad de forma continua, esto dificulta el equilibrio entre el suministro y la demanda, por ello es necesario almacenar la energía producida por estas fuentes [2] Por otro lado, las nuevas tecnologías tienen mayores requerimientos, desde dispositivos electrónicos portables, hasta vehículos eléctricos que requieren de autonomía. [3] Con estos nuevos y desafiantes requerimientos, los capacitores electroquímicos (CEs) han adquirido una relevancia a nivel mundial debido a sus potenciales aplicaciones como dispositivos de almacenamiento de energía en muchos campos. [4] Por ejemplo, el reciente interés por desarrollar dispositivos electrónicos flexibles y miniaturizados, los cuales requieren que los dispositivos de almacenamiento de energía no solo muestren un desempeño excelente, también deben estar construidos totalmente en estado sólido y deben ser flexibles. [5] El interés por los CEs se desarrolló debido a que su proceso de carga y descarga se consigue en segundos, y a que poseen un excelente tiempo de vida (miles de ciclos) comparado con las baterías. Los CEs actuales están limitados en la energía especifica (3-6 W h ��−ଵ contra 100 W h ��−ଵo más de las baterías Li-ion) [3, 6, 7]. Por esta razón es necesario incrementar la energía específica en los CEs, para poder igualar la capacidad de almacenamiento de las baterías.
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