Sumario: | Introducción.
La cefalea es un síntoma relacionado con diferentes tipos de entidades neurológicas, su aparición en el contexto de infarto cerebral isquémico ha suscitado un creciente interés en la literatura médica. La relación entre cefalea e infarto cerebral isquémico es compleja y multifacética, involucrando aspectos que van desde la fisiopatología hasta las manifestaciones clínicas y pronóstico de los pacientes.
Material y métodos.
Estudio de casos y controles, descriptivo, analítico, retrolectivo de una cohorte prospectiva, donde se incluyeron pacientes con cefalea como síntoma inicial del infarto cerebral agudo de origen isquémico y pacientes sin cefalea como síntoma inicial, en salas de urgencias y en áreas de hospitalización del Hospital Universitario “Dr. José E. González”. Se realizo el análisis de una base de datos del 2021 al 2024.
Resultados.
Se incluyó un total de 141 pacientes con evento cerebrovascular isquémico, 47 de los cuales presentaron cefalea incipiente al momento del diagnóstico. No se observaron diferencias significativas en las comorbilidades de base entre ambos grupos, aunque los pacientes con cefalea incipiente mostraron mayor prevalencia de migraña, dislipidemia y antecedentes de traumatismo en cuello. La evaluación clínica de la cefalea reveló que la localización holocraneana fue la más común, con un 60% de los pacientes reportando carácter punzante y un puntaje medio de 7 en la escala visual análoga.
En cuanto a la etiología del evento cerebrovascular, la causa indeterminada fue la más prevalente en ambos grupos, seguida de la aterosclerosis de grandes vasos. En el análisis de regresión logística, la cefalea incipiente se asoció con una menor probabilidad de alcanzar un puntaje de Rankin de 3 o más al egreso, aunque esta relación no se mantuvo en los seguimientos a 1 y 3 meses. La edad fue un factor de riesgo significativo para incapacidad moderada-severa.
Conclusiones.
la cefalea incipiente parece estar asociada con algunas características clínicas y anatómicas específicas en pacientes con evento cerebrovascular isquémico, aunque no se asocia de manera consistente con un mejor o peor pronóstico a largo plazo. La edad sigue siendo un factor importante en la incapacidad funcional posterior al evento.
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