Sumario: | La buena nutrición y el acceso a una alimentación adecuada son esenciales para el crecimiento y desarrollo del niño, el mantenimiento del cuerpo y la protección tanto de las enfermedades infecciosas y no transmisibles en la vida adulta. Más de seis mil millones de personas consumen leche y sus derivados, los habitantes de países en desarrollo son los principales consumidores. (1)La leche contiene numerosos nutrientes y hace una contribución significativa a satisfacer las necesidades del cuerpo para el calcio, magnesio, selenio, riboflavina, vitamina B12 y ácido pantoténico (vitamina B5) (9,16). En México, los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012 muestran que la leche entera es una de las bebidas que más contribuye a la ingestión energética, representando 5% de las kilocalorías diarias consumidas por adolescentes y adultos, sin embargo, no se han realizado análisis para el resto de los lácteos y además no se ha realizado en la población pediátrica. (3) En Estados Unidos, la guía alimentaria para la población estadunidense Dietary Guidelines for Americans, 2010 recomienda el consumo de 2 y 2.5 porciones de lácteos descremados o semidescremados para menores entre 2 y 4 años y 4 y 8 años, respectivamente, y tres porciones por día en mayores de nueve años, esto para asegurar la ingestión adecuada de calcio en la población (17). Objetivo: Evaluar en la población pediátrica de 2 a 13 años de edad, si el consumo de productos lácteos se apega a las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría de acuerdo a sus diferentes rangos de edad, así como también evaluar la percepción materna de dicho apego. Metodología
Se realizó un estudio observacional, analítico y descriptivo. Incluyó un total de 390 pacientes, que se dividieron en tres grupos de 130 pacientes cada uno (De acuerdo a los rangos de edad), a los cuales se les realizó un diario de ingesta de productos lácteos, se recabó la información sobre la cantidad y tipo de productos lácteos que se consumen, además de datos generales y se realizó el análisis estadístico determinando la chi cuadrada para pruebas no paramétricas y comprobar la hipótesis.
Resultados: Se encontró que la percepción materna no se correlaciona con el consumo de productos lácteos de la población pediátrica, ya que no se apega a lo recomendado por la Academia Americana de Pediatría, siendo el grupo de 2 a 3 años el que obtuvo mayor porcentaje de apego con un 63%.
Conclusiones En nuestra población, la percepción materna respecto al consumo de lácteos y el apego a las recomendaciones de ingesta diaria, no es la adecuada, con lo cual se recomienda mejorar la información nutricional en la consulta de control de niño sano.
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