Sumario: | Introducción: La soledad es una sensación subjetiva (real o dependiente de la percepción), multidimensional y compleja, relacionada con falta de afecto (social o físico).
En países desarrollados la soledad es un indicador de salud, pues su presencia repercute en la salud física y psicológica. Con mayor presencia en aquellos grupos poblacionales vulnerables.
Objetivo: Identificar la sensación de soledad en personas a partir de los 60 años de edad y su relación con otras características propias de la población durante la pandemia de COVID-19.
Material y métodos: Estudio observacional, transversal realizado en el servicio de consulta de Medicina Familiar, del Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González;
de forma anónima y voluntaria con previa explicación y aceptación de participación verbal del paciente se aplicaron los siguientes cuestionarios: uno de datos sociodemográficos, de características médicas y de aspectos durante la pandemia de COVID-19; así como la escala de soledad en el adulto mayor (IMSOL-AM).
Resultados: El 62.7 % fueron mujeres, con una mediana de edad en 65 años, el 35.7 % con escolaridad primaria, el 52.6 % casados, religión católica en un 71.9 %; 35.4 % se dedican al hogar, con lugar de residencia en su mayoría en Monterrey con un 27.3 %, el 88.4 % vive acompañado mientras que el 11.6% vive solo. El 69.8 % cuenta con una mascota. El 22.9 % practica uno o más pasatiempos. El 74.7 % presentaba una o
más comorbilidades, la más observada fue hipertensión arterial con un 22.5 %, seguida de la Diabetes Mellitus tipo 2 con un 11.2 %. El 35.3 % consulta una vez al mes. El 59% refirió realizar actividad física ligera. El 67.5 % mantuvo aislamiento por pandemia. El 56.6 % duerme 7 horas o más. El 71. 1% nunca ha fumado. Más de la mitad nunca ha tomado 54.2 %. Las principales afectaciones durante la pandemia por COVID-19 fueron económicas (27.3 %), dificultad para socializar (15.3 %), perdida familiar (13.7 %). Un 76.1 % no se había contagiado de COVID-19 al momento del estudio, un 50.6 % había tenido un ser querido con COVID-19.
El 94.8 % no experimentaba soledad, el 4.4 % se encontraba en riesgo de experimentar soledad y el 0.8 % se encontraba con probable patología, es decir, que experimentaban soledad. Al correlacionar los datos sociodemográficos se encontró una franca asociación con las horas de sueño y la presencia de sensación de soledad, con una p< 0.001, a menor cantidad de horas dormidas mayor presencia de sensación de soledad.
Conclusiones: La gran mayoría de los pacientes de la muestra no experimentaba una sensación de soledad. En aquellos que la experimentaron las horas de sueño estuvieron asociadas.
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