| Sumario: | Los sistemas de posicionamiento global (GPS) es una tecnología cada vez más utilizada para cuantificar las demandas de juego. La precisión del GPS permite evaluar las acciones de juego más específicas de la competición en los deportes de equipo.  La tecnología GPS en los últimos años se ha utilizado ampliamente en el rugby league, futbol australiano, hockey de pasto, futbol, etc. Actualmente la literatura proporciona una gran variedad de información sobre el perfil de actividad de atletas en deportes de campo. Mediante la medición de los movimientos del jugador, los dispositivos GPS pueden ser utilizados para cuantificar objetivamente niveles de esfuerzo y estrés físico en atletas. Así́ como examinar el rendimiento en la competición, evaluar cargas de trabajo por posición de jugadores, dosificar las intensidades de entrenamiento y monitorear los cambios en el jugador asociadas a las demandas fisiológicas del deporte. (McLellan, Lovell, & Gass, 2011). Entre las variables más importantes a estudiar que nos arroja el GPS son la distancia total, distancia por zonas, aceleraciones, desaceleraciones, impactos, colisiones, entre otras. Diferentes artículos han validado diferentes dispositivos GPS y analizado su fiabilidad y exactitud en diferentes variables y con diferentes herramientas tecnológicas (Scott, Scott, & Kelly, 2015). Pero esta tecnología aún es de difícil acceso para la mayoría de los equipos que buscan altos resultados en competición debido al elevado costo que tiene en el mercado y a la falta de capacitación técnica de los profesionales en materia de deporte. El  conocimiento  minucioso  de  los factores  determinantes  del  rendimiento asociados  a  una determinada  disciplina  se presenta  como  un  requisito  fundamental para optimizar el proceso de entrenamiento (Reilly,  Morris,  y  Whyte,  2009).  El conocimiento  de  las  demandas  del  juego, imprescindible  para  la  mejora  del rendimiento deportivo, es posible gracias a la  aplicación  de  métodos  eficaces  de cuantificación  de la  carga  (Rebelo,  Brito, Seabra, Oliveira, Drust, y Krustrup, 2012). 
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