Sumario: | Según El Fondo de las Naciones Unidad para la infancia (UNICEF), México es
el primer lugar en obesidad infantil, por ello se necesitan estudios que ayuden a
comprender esta problemática desde aspectos que se han explorado poco,
desde la psicología uno de ellos, son las emociones; además de su relación con
variables como presión social, autoestima e imagen corporal. Para analizar la
relación del Índice de Masa Corporal (I.M.C.) con las emociones, imagen
corporal, presión social y autoestima, se realizó un diseño cuantitativo, no
experimental, transversal y correlacional. Participaron 77 sujetos de 8 a 12
años. Se utilizó un inventario de autoestima, el inventario de patrones
alimenticios para niños, el inventario de influencia de los compañeros en las
preocupaciones alimentarias, la escala de comedor emocional y una escala de
Imagen Corporal. Entre los resultados se encontró que las variables que de
mejor manera explican el nivel del IMC son la Imagen Corporal y los hábitos
alimenticios, mientras que las emociones, presión social y autoestima no
resultaron significativas, lo anterior explicado por el ambiente cultural en que
hay una mayor facilidad a tener malos hábitos alimenticios, con lo que la
mayoría de los infantes cuentan con sobrepeso u obesidad, lo que resulta en un
factor de protección para la autoestima, ya que al ver la normal el sobrepeso, no
crea insatisfacción en ellos, ni en sus padres, por lo tanto tampoco existe
presión social para adelgazar. En cuanto a la imagen corporal aunque los
escolares se identifican a ellos con imágenes de sobrepeso, colocan a sus
compañeros en imágenes con mayor sobrepeso y se desean ver con cuerpos
más delgados. Finalmente las emociones no resultaron explicativas, debido a
que no se le da una connotación negativa al comer, sino que en nuestra cultura,
el comer se asocia con cosas positivas, como celebraciones y premios. .
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