Sumario: | La calidad de vida, es un concepto multidimensional para el cual no existe una definición única (Palomino y López, 1999; Alkire, 2007; Villoro, 2012), pero como señala Polomba (2002) toma en cuenta tanto factores objetivos relacionados con variables materiales y contextuales en los que viven los seres humanos, como subjetivos concernientes con la percepción sobre las relaciones familiares y sociales establecidas dentro de la convivencia cotidiana y de la participación activa en las diferentes esferas sociales. De esta manera, la calidad de vida es un concepto enmarcado en una perspectiva hermenéutica, no solo constituida por los aspectos materiales u observables de la realidad social, sino también por elementos psicosociales, como las percepciones, valoraciones, aspiraciones o expectativas de las personas y de las comunidades (Casas, et al., 2004). En esta tesis, se usará una definición de calidad de vida simplificada de Sen (1979), referirá a “un conjunto de condiciones necesarias para hacer o alcanzar ciertas cosas, pero no suficientes, para la satisfacción vital”. Distintos indicadores se han desarrollado a través del tiempo con la finalidad de medir la calidad de vida, desde una perspectiva objetiva se emplean variables como, ingreso, posición en el trabajo, esperanza de vida, nivel de educativo, características de la vivienda de residencia habitual, posesión de bienes, calidad de los servicios de la vivienda, acceso a los servicios de salud, acceso a nuevas tecnologías y seguridad criminalidad, entre otras. Existe un movimiento fuerte para impulsar la inclusión en la medición de la calidad de vida a través de factores subjetivos asociadas a la cualidad, por ejemplo, la felicidad, las relaciones interpersonales, la libertad y la justicia. Sin embargo, el uso de este tipo de variables es cuestionado cuando todavía existe una amplia proporción de población que no cuenta con las condiciones materiales básicas en ciertos espacios geográficos.
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