Sumario: | Los avances de las neurociencias y la psiconeuroeducación, nos han dado a conocer la importancia del desarrollo del cerebro en la primera infancia, que involucra la formación de millones de neuronas y de las conexiones existentes entre ellas. Una de las etapas más importantes de la maduración de este órgano se lleva a cabo desde el vientre materno hasta que el niño cumple cinco o seis años. Este conocimiento redimensiona el papel de la lectura y la escritura en los primeros años de vida. El cerebro del bebé está asociado a un sistema emocional-afectivo altamente complejo, que le permite captar diversos tipos de estímulos incluyendo los orales desde el útero, que en la etapa postnatal, le ayudarán a traducir imágenes visuales a formas no verbales de tipo cinésico y paralingüístico, como formas primarias de comunicación. Sus facultades sensitivas y racionales, lo llevarán a establecer interrelaciones conceptuales o metafóricas; decodificar formas verbales desconocidas o procesar su significado. En otros términos, realizar innumerables operaciones cognitivas y metacognitivas, que hacen posible el desarrollo de su pensamiento y lenguaje, que determinan su capacidad cognitiva, emocional, física y de adaptación social.
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