Sumario: | La vida y la obra de Luis Barragán, figura imprescindible en el panorama de la arquitectura internacional del siglo XX, no terminan de ser bien conocidas en su propio país,
limitando así también el conocimiento que de ellas se tiene fuera de México. Las causas de esto son diversas, pero es evidente que hay aspectos de Barragán que “incomodan” en su país, lo cual ha llevado a algunos investigadores a optar por el silencio. Su personalidad hizo de él un personaje al margen y una figura atípica y desubicada en el paisaje cultural del México moderno. Si la enseñanza se nutre de la investigación, es lógico suponer que las deficiencias de esta última acaben repercutiendo en aquélla. Reducir el discurso sobre su obra a la consabida dicotomía de muros y color equivale a empobrecer su legado —que sigue vigente—, eludiendo
la riqueza de significados del mismo
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