Sumario: | El delito de rapto en la Nueva Vizcaya durante los años de la dominación española constituye un tema poco explorado en la historiografía, pero ofrece un panorama relevante para comprender las dinámicas del honor y el género en la sociedad novohispana. Este delito abarcaba desde el secuestro violento hasta fugas consensuadas entre parejas, donde el honor era un pilar fundamental para la impartición de justicia. Para los hombres, el honor residía en su capacidad de proteger a las mujeres bajo su tutela, mientras que, para las mujeres, estaba vinculado a su pureza y conducta. La perpetración de un rapto afectaba no solo a las partes directamente involucradas, sino también al prestigio familiar. Los procesos judiciales buscaban identificar las circunstancias del delito (violencia o consentimiento) y las relaciones entre los implicados, y su resolución oscilaba entre sanciones económicas, prisión, destierro o, en algunos casos, matrimonio forzado. A través del análisis de casos paradigmáticos, como el de Francisco Xavier de Gauna y María Rita Ochoa y el de Juan Bautista Enríquez contra Francisco Rivas, se evidencia la flexibilidad de las autoridades judiciales para salvaguardar el honor y restablecer el orden social. Estos casos muestran a su vez una ventana al estudio de la impartición de justicia, así como de la historia de la sexualidad para entender la importancia de las normas culturales y jurídicas en la regulación de las relaciones interpersonales del sistema colonial en el reino de la Nueva Vizcaya.
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